El panot, también conocido como rosa de Barcelona, se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Esta colección de joyas está inspirada en la baldosa con la flor de 4 pétalos diseñada por Puig i Cadafalch que se ha conviertido en insignia de los barceloneses y de quienes la visitan.
Un regalo perfecto para los que dejan nuestra ciudad pero siempre la llevan en su corazón.